¿Qué es la jurisdicción?

El concepto de «jurisdicción» parte del artículo 117.3 de nuestra Constitución española cuando establece que el ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, le corresponde exclusivamente a los juzgados y tribunales que determinen las leyes, según las normas de competencia y de procedimiento. Lo que este artículo nos quiere decir es que se está otorgando el poder o la capacidad de hacer justicia a los juzgados y tribunales.

Además, el artículo 4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial recoge que la jurisdicción se extiende a todas las personas, a todas las materias y a todo el territorio español, en la forma establecida en la Constitución y en las leyes.

De la misma forma que si tenemos algún problema de salud podemos acudir a un médico especialista, según la parte de nuestro cuerpo que nos afecte, en el caso de la justicia, dependiendo del asunto de que se trate, se enmarcará dentro un orden jurisdiccional y la competencia para dar una solución a nuestro asunto la tendrá un determinado juzgado o tribunal.

Existen varios tipos de órdenes jurisdiccionales en España, y dentro del ordinario encontramos la jurisdicción civil que regula las relaciones entre los particulares, a diferencia de lo que ocurre con la contencioso-administrativa que se centra en los conflictos que se presentan entre las Administraciones Públicas y los ciudadanos. También existe la jurisdicción penal que persigue castigar a todas las personas que cometan delitos, y la jurisdicción social o laboral que da solución a los problemas que surjan entre los trabajadores y empresarios o con la Seguridad Social. Además, existe una jurisdicción especial como es la militar que resuelve conflictos relacionados con el ejército o la profesión militar.

¿Qué significa competencia judicial?

El concepto de «competencia judicial» se refiere a las funciones específicas que tienen encomendadas los diferentes juzgados y tribunales, incluso dentro de una misma jurisdicción. En este sentido, lo que se reparte entre los juzgados y tribunales son las competencias, no la jurisdicción.

La competencia puede ser de varios tipos:

• Competencia objetiva: se refiere a las funciones que tiene un juzgado o un tribunal según el asunto de que se trate. Por ejemplo, un juzgado de primera instancia tiene competencia para tramitar una demanda que ha sido presentada por un divorcio, un juzgado de instrucción debe investigar y juzgar los delitos leves y un juzgado de lo contencioso-administrativo es competente para conocer resoluciones en materia de extranjería.
• Competencia territorial: se atribuye a los juzgados y tribunales del lugar donde se encuentra el conflicto o dónde fija la ley. Cuando se comete un delito, normalmente el juzgado competente es el del lugar donde han ocurrido los hechos. Si se ha producido un robo en Madrid, el juzgado de instrucción de esta ciudad será competente para investigar qué ha pasado. Ahora bien, si estamos en un asunto relacionado con un desahucio, quien se encargue de gestionar el procedimiento será el juzgado de primera instancia de la ciudad donde se encuentre la vivienda ocupada.

• Competencia funcional: hace referencia al juzgado o tribunal que es competente en cada momento del procedimiento, es decir, para resolver recursos, tramitar la ejecución o cuando ocurren incidentes. Por ejemplo, si tenemos que presentar un recurso porque no estamos de acuerdo con la decisión que ha tomado el juez, la ley nos dirá el tipo de recurso que hay que presentar y ante quién. Si se trata de un recurso de apelación contra una sentencia de un juez de primera instancia, el órgano competente para resolverlo será la audiencia provincial.